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VI.- Manolo el Chafandín
6 MANOLO THE BUFFOON

Una amiga, con la cual solía prestarse mutuos servicios Lulú, era una vieja,
planchadora de la vecindad, que se llamaba Venancia. La señora Venancia tendría unos sesenta años, y trabajaba constantemente; invierno y verano estaba en su cuartucho, sin cesar de planchar un momento. La señora Venancia vivía con su hija y su yerno, un chulapo a quien llamaban Manolo el Chafandín. El tal Manolo, hombre de muchos oficios y de ninguno, no trabajaba más que rara vez, y vivía a costa de la suegra. Manolo tenía tres o cuatro hijos, y el último era una niña de pecho que solía estar con frecuencia metida en un cesto en el cuarto de la señora Venancia, a quien Lulú solía pasear en brazos por la galería.
FRIEND with whom Lulu used to exchange small
services was an old woman called Venancia who
took in ironing.
The Senora Venancia might be sixty and was constantly
at work; winter and summer she was in her
poor room, ironing incessantly. The Senora Venancia
lived with her daughter and son-in-law, a ruffian called
Manolo the Buffoon.
This Manolo, a man of many trades and none, was
rarely seen to work and lived on his mother-in-law.
He had three or four children, the youngest being an
infant in arms which was often to be found in a basket
in the Senora Venancia's room; Lulu used to walk up
and down the passage with it in her arms.

—¿Qué va a ser esta niña? —preguntaban algunos.
Y Lulú contestaba:
—Golfa, golfa —u otra palabra más dura, y añadía: Así la llevarán en coche, como a la Estrella. La hija de la señora Venancia era una vaca sin cencerro, holgazana, borracha, que se pasaba la vida disputando con las comadres de la vecindad. Como a Manolo, su hombre, no le gustaba trabajar toda la familia vivía a costa de la Señora Venancia, y el dinero del taller de planchado no bastaba, naturalmente, para subvenir a las necesidades de la casa.
Cuando la Venancia y el yerno disputaban, la mujer de Manolo siempre salía a la defensa del marido, como si este holgazán tuviera derecho a vivir del trabajo de los demás.

Lulú, que era justiciera, un día, al ver que la hija atropellaba a la madre, salió en
defensa de la Venancia, y se insultó con la mujer de Manolo; la llamó tía zorra, borracha, perro y añadió que su marido era un cabronazo; la otra le dijo que ella y toda su familia eran unas cursis muertas de hambre, y gracias a que se interpusieron otras vecinas, no se tiraron de los pelos.

"What will become of that child?" people would ask.
And Lulu would answer:
"A gutter-snipe," or, she used an uglier word; "and
so she will have her carriage, like Estrella."
Senora Venancia's daughter was dissolute, idle,
drunken, and spent her time quarrelling with the neighbours.
As Manolo, her husband, did not like work, the
whole family lived at the expense of Senora Venancia,
and the money she earned by ironing naturally was not
enough to go round.
Whenever Venancia and her son-in-law quarrelled
Manolo's wife took his part, as though the good-for.
nothing had a right to live on other people's work.
Lulu, who had a strong sense of justice, seeing the
daughter one day insulting her mother, came to the support
of Venancia and was soon exchanging personalities
with the wife of Manolo; she called her a harlot, a
drunkard, a slut, and added that everybody knew her
husband was a cuckold. In return she was told that she
and all her family were wretched paupers; it was only
owing to the intervention of some other women that they
did not come to open violence.

Aquellas palabras ocasionaron un conflicto, porque Manolo el Chafandín, que era un chulo aburrido, de estos cobardes, decidió pedir explicaciones a Lulú de sus palabras.
Doña Leonarda y Niní, al saber lo ocurrido, se escandalizaron. Doña Leonarda echó una chillería a Lulú por mezclarse con aquella gente.
Doña Leonarda no tenía sensibilidad más que para las cosas que se referían a su
respetabilidad social.
—Estás empeñada en ultrajarnos —dijo a Lulú medio llorando—. ¿Qué vamos a
hacer, Dios mío, cuando venga ese hombre?
—Que venga —replicó Lulú—; yo le diré que es un gandul y que más le valía
trabajar y no vivir de su suegra.

—¿Pero a ti qué te importa lo que hacen los demás? ¿Por qué te mezclas con esa
gente?
Llegaron por la tarde Julio Aracil y Andrés y doña Leonarda les puso al corriente de lo ocurrido.
—Qué demonio; no les pasará a ustedes nada —dijo Andrés—; aquí estaremos
nosotros. Aracil, al saber lo que sucedía y la visita anunciada del Chafandín, se hubiera marchado con gusto, porque no era amigo de trifulcas; pero por no pasar por un cobarde, se quedó.

This exchange of compliments gave rise to a conflict,
as Manolo the Buffoon, who was a cynical ruffian of the
cowardly kind, made up his mind to demand from Lulu
an explanation of her words.
Dona Leonarda and Nini were scandalized when they
heard what had happened; and Dona Leonarda scolded
Lulu for having anything to do with such people. Dona
Leonarda's sensitiveness was confined to questions concerning
her social status.
"You are determined to disgrace us," she said halfcrying.
"And what are we to do when that man comes?"
"Let him come," answered Lulu. "I shall tell him that
he is a wastrel who would do better to work and not live
on his mother-in-law."

—¿Pero a ti qué te importa lo que hacen los demás? ¿Por qué te mezclas con esa
gente?
Llegaron por la tarde Julio Aracil y Andrés y doña Leonarda les puso al corriente de lo ocurrido.
—Qué demonio; no les pasará a ustedes nada —dijo Andrés—; aquí estaremos
nosotros. Aracil, al saber lo que sucedía y la visita anunciada del Chafandín, se hubiera marchado con gusto, porque no era amigo de trifulcas; pero por no pasar por un cobarde, se quedó.

A media tarde llamaron a la puerta, y se oyó decir.
—¿Se puede?
—Adelante —dijo Andrés.
Se presentó Manolo el Chafandín, vestido de día de fiesta, muy elegante, muy
empaquetado, con un sombrero ancho torero y una gran cadena de reloj de plata. En su mejilla un lunar negro y rizado trazaba tantas vueltas como el muelle de un reloj de bolsillo. Doña Leonarda y Niní temblaron al ver a Manolo. Andrés y Julio le invitaron a explicarse. El Chafandín puso su garrota en el antebrazo izquierdo, y comenzó una retahíla larga de reflexiones y consideraciones acerca de la honra y de las palabras que se dicen imprudentemente.

"But what does it matter to you what other people do?
Why do you associate with such people?"
In the afternoon Julio Aracil and Andres came, and
Dona Leonarda told them what had happened.
"Well, you will be all right; we shall be here," said
Andres.
Aracil, when he heard of Manolo's forthcoming visit,
would have liked to go away, for he had no liking for
a row; but not wishing to be thought a coward he remained.
In the middle of the afternoon there was a knock at the
door, followed by the words:
"May I come in?"
"Come in," said Andres.
Manolo appeared, dressed in his Sunday best, very
smart and imposing, with a broad-brimmed bullfighter's
hat and a great silver watch chain. On one of his cheeks
the black hairs of a mole were curled like the spring of
a watch. Doiia Leonarda and Nini trembled at the sight
of him. Andres and Julio asked him to explain the object
of his visit.
Manolo placed his stick on the forepart of his left
arm and began a rigmarole of reflections and considerations
on the subject of honour and imprudent words.

Se veía que estaba sondeando a ver si se podía atrever a echárselas de valiente, porque aquellos señoritos lo mismo podían ser dos panolis que dos puntos bragados que le hartasen de mojicones.

Lulú escuchaba nerviosa, moviendo los brazos y las piernas, dispuesta a saltar.
El Chafandín comenzó a envalentonarse al ver que no le contestaban, y subió el tono de la voz.
—Porque aquí (y señaló a Lulú con el garrote) le ha llamado a mi señora zorra, y mi señora no es una zorra; habrá otras más zorras que ella, y aquí (y volvió a señalar a Lulú) ha dicho que yo soy un cabronazo, y ¡maldita sea la!... que yo le como los hígados al que diga eso.

Al terminar su frase, el Chafandín dio un golpe con el garrote en el suelo.

Clearly he was feeling his way to see if he might put
on a bully's airs: the two gentlemen might be weaklings
or they might be manly fellows who would give him a
good thrashing.
Lulu was listening nervously, moving her arms and
legs and ready to jump up at any moment. Manolo began
to grow bolder when he saw that no one answered, and
raised his voice.
"For she, there," pointing to Lulu with his stick, "has
called my wife a harlot, and my wife is not a harlot.
There are looser women than she-and she," again
pointing to Lulu, "has said everybody knows me for a
cuckold and by - I will eat the heart of anyone who
dares to say that."
And at the end of this sentence Manolo struck the
floor with his stick.

Al terminar su frase, el Chafandín dio un golpe con el garrote en el suelo.

Viendo que el Chafandín se desmandaba, Andrés, un poco pálido, se levantó y le
dijo:
—Bueno; siéntese usted.
—Estoy bien así —dijo el chulo.
—No, hombre. Siéntese usted. Está usted hablando desde hace mucho tiempo, de pie, y se va usted a cansar.
Manolo el Chafandín se sentó, algo escamado.
—Ahora, diga usted —siguió diciendo Andrés—, qué es lo que usted quiere, en
resumen.
—¿En resumen?
—Sí.
—Pues yo quiero una explicación.
—Una explicación, ¿de qué?
—De las palabras que ha dicho aquí (y volvió a señalar a Lulú) contra mi señora y contra este servidor.
—Vamos, hombre, no sea usted imbécil.
—Yo no soy imbécil.
—¿Qué quiere usted que diga esta señorita? ¿Que su mujer no es una zorra, ni una borracha, ni un perro, y que usted no es un cabronazo? Bueno; Lulú, diga usted eso para que este buen hombre se vaya tranquilo.

—A mí ningún pollo neque me toma el pelo —dijo el Chafandín, levantándose.

—Yo lo que voy a hacer —dijo Andrés irritado— es darle un silletazo en la cabeza y echarle a puntapiés por las escaleras.
—¿Usted?
—Sí; yo.

Seeing that he was becoming insolent, Andres, a trifle
pale, got up and said:
"Very good; sit down."
"I am very well as I am," said the ruffian.
"No, sir. Sit down. You have been speaking for a long
time standing up, and you will tire yourself."
Manolo the Buffoon sat down somewhat unwillingly.
"And now," went on Andres, "say what it is, in a
word, that you want."
"In a word?"
"Yes."
"I want an explanation."
"What for?"
"For the words that she, here--" pointing once more
to Lulu-"spoke against my wife and against your
humble servant."
"My good man, don't be a fool."
"I am not a fool."
"What would you have the lady say? That your
wife is not a harlot, nor a drunkard, nor a slut, and
that you are not a cuckold? Very well; Lulu, repeat
those words, so that this good man may go away m
peace.''
"I won't allow any little fine gentleman to laugh at
me," said Manolo, getting up.
"What I am going to do," said Andres angrily, "is to
break a chair over your head and kick you down the
stairs."
"You?"
"Yes, I.''


Y Andrés se acercó al chulo con la silla en el aire. Doña Leonarda y sus hijas
empezaron a gritar; el Chafandín se acercó rápidamente a la puerta y la abrió.
Andrés se fue a él; pero el Chafandín cerró la puerta y se escapó por la galería,
soltando bravatas e insultos. Andrés quería salir a calentarle las costillas para enseñarle a tratar a las personas; pero entre las mujeres y Julio le convencieron de que se quedara. Durante toda la riña Lulú estaba vibrando, dispuesta a intervenir. Cuando Andrés se despidió, le estrechó la mano entre las suyas con más fuerza que de ordinario.

And Andres went towards the ruffian brandishing a
chair. Dofia Leonarda and her daughters began to shriek.
Manolo rapidly went toward the door and opened it.
Andres came nearer, but Manolo closed the door behind
him and escaped down the passage, calling out taunts
and insults.
Andres wanted to follow him and give him a thrash108
THE TREE OF KNOWLEDGE
ing so that he might learn how to behave; but Julio and
the women persuaded him to remain.
During the whole dispute Lulu was nervously keen to
join in it; and when Andres took his leave she shook his
hand with more than her usual warmth






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